ANTONIO CARLOS JOBIM: THE MAN FROM IPANEMA



Puede resultar extraño o extemporáneo, hablar ahora de este box que vio la luz a mediados de los años noventa, poco después de la muerte de Tom Jobim. Tal vez el único motivo, es que esta mañana lo vi en la estantería de los compactos y me decidí a cogerlo entre mis manos, después de tanto tiempo sin haberle prestado ninguna atención. 


Y después de hojear su libreto y escuchar alguno de sus discos, pensé que la música es algo más que algunos miles de archivos mp3 acumulados en un disco duro. Es también la forma en la que llega a nosotros, su envoltorio, las portadas, los artículos y las entrevistas. todo aquello que envuelve y viste a la música pura y la hace más atractiva y deseable. 

The Man Of Ipanema es precisamente un ejemplo de ello. Una producción exquisita de la edad de oro del disco compacto, cuando las compañías competían en ofrecer los diseños más originales y vanguardistas. Cuando cada nueva caja era un artículo de coleccionista, una manifestación artística en si misma. Verve era la propietaria de algunos de las grabaciones más destacadas de la carrera de Jobim. 


Desde el mítico Getz/Gilberto de los años sesenta, hasta su última aparición en público en un concierto en el Carnegie Hall de Nueva York en el añ 1994, al lado de grandes estrellas del jazz como Joe Henderson o Pat Metheny, pasando por su colaboración con la cantora Elis Regina, Elis&Tom, que está considerada como uno de los momentos más destacados de la música popular brasileña.


Otras joyas de este catálogo son The Composer Of Desafinado Plays, uno de los primeros grandes éxitos comerciales de Jobim en el mercado internacional. Wave de 1967 es uno de los tres tesoros discográficos producidos por Creed Taylor para su división CTI, que en aquella época era una subsidiaria de A&M Records. Passarim, de 1987, es otro de los registros representados en esta selección y es la primera grabación del maestro soberano con su Nova Banda


Los tres discos que componen la selección, recorren de una forma casi aleatoria, algunas de esas melodías eternas, interpretadas en una horquilla temporal de varias décadas, que reflejan la sorprendente evolución musical y personal del maestro carioca, melodías mil veces escuchadas, pero aún irresistibles en su magia, en su belleza intemporal. Leer los ensayos y entrevistas que acompañan a los discos, de la mano de su biógrafo Sergio Cabral, del guitarrista Oscar Castro-Neves o de Gene Lees, amigo de Jobim y letrista de alguna de sus melodías,  sitúa al artista y a su música en su época y en su contexto social y cultural.  


Y junto a la extraordinaria experiencia del descubrimiento de la música de este maestro de la música del siglo XX, aproximarnos a su producción discográfica, es también un paseo por la galería de las grandes personalidades de la bossa nova y del jazz moderno, porque junto a Jobim, nos encontramos a figuras de la talla de Stan Getz, de Joao Gilberto, Joe Henderson, Elis Regina, Pat Metheny, Hermeto Pascoal o Luiz Bonfa. Una música tan asombrosa, tan inspirada, tan hermosa y original que debemos empeñarnos sin descanso, en que nunca sea olvidada, que su legado artístico sea para siempre recordado y reivindicado como el de un Cervantes, el de Van Gogh o un Debussy. Una parte del patrimonio cultural universal, protegido como una especie en peligro de extinción. 

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