Puede resultar extraño o extemporáneo, hablar ahora de este box que vio la luz a mediados de los años noventa, poco después de la muerte de Tom Jobim . Tal vez el único motivo, es que esta mañana lo vi en la estantería de los compactos y me decidí a cogerlo entre mis manos, después de tanto tiempo sin haberle prestado ninguna atención. Y después de hojear su libreto y escuchar alguno de sus discos, pensé que la música es algo más que algunos miles de archivos mp3 acumulados en un disco duro. Es también la forma en la que llega a nosotros, su envoltorio, las portadas, los artículos y las entrevistas. todo aquello que envuelve y viste a la música pura y la hace más atractiva y deseable. The Man Of Ipanema es precisamente un ejemplo de ello. Una producción exquisita de la edad de oro del disco compacto, cuando las compañías competían en ofrecer los diseños más originales y vanguardistas. Cuando cada nueva caja era un artículo de coleccionista, una manifestación
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