A mediados de los años 70, muchos críticos afirmaban que el jazz había muerto. En efecto, en el año 1969, el trompetista Miles Davis, con su álbum Bitches Brew, parecía haber cerrado definitivamente la era del jazz acústico. Pero lo bien cierto es que, hasta poco antes de la grabación de este histórico álbum, Davis había conducido el jazz acústico a las más avanzadas posiciones de la vanguardia y lo había hecho con un conjunto de jóvenes músicos, que le acompañaban desde mediados de la década de los añs 60. En aquel quinteto preeléctrico se encontraban el saxofonista Wayne Shorter, el pianista Herbie Hancock, el bajista Ron Carter y el batería Tony Williams. Músicos geniales que procuraron al conjunto de Davis el impulso innovador que precisaba en aquella convulsa época y que le condujeron, en poco tiempo, hasta las puertas del jazz-rock. Tras Bitches Brew llegó la diáspora y cada uno de los miembros de aquel grupo, siguió su carrera por separado, casi todos ellos en el á
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